Se durmieron las palabras en mi boca.
La dureza del silencio se impuso.
La soledad fría, me invadió loca.
Mi entorno tornase carnaval difuso.
Cuantos sueños quedaron tirados!
Cuantos anhelos de niño inconclusos!
Cuantos posibles, en el suelo quebrados!
Cuanto amor intenso del dolor recluso!
Las palabras resuenan a lo lejos apagadas
Todo es una especie de espantos vivos
Una cruel broma del destino ante mí desplegada.
Un ácido en mi piel y alma, que resulta abrasivo!
Dejen que se vaya, no la quiero más, a la vida!
Si hoy con él, con mi hijo, mi esencia se ha ido!
viernes, 8 de junio de 2012
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)