A veces te vendes una ilusión.
Quizás porque no deseas ser objeto.
Y te entregas absolutamente con efusión.
Y el resultado es un triste boceto.
Amarte tanto, amarte sin eco.
Tremolar de pasión en tus brazos.
Tus besos intensos, un embeleco.
Tu sexo en el mío, y luego un fogonazo
Y todo para qué?
Si en tu corazón de arábigo desierto
Ese mi amor no tuvo eco y ahí quedó yerto!
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