lunes, 6 de julio de 2015

¿DÓNDE ESTÁS?

(cuento)

Caminaba con paso firme y propio de sus juveniles años por ese camino que ya conocía de sobra.
En su mente no dejaba de dar vueltas la mirada de ese joven que se había cruzado con ella dos veces, no le había dicho nada pero sus ojos claros la inquietaban, era como que un impulso irracional la hiciese desear estar en sus brazos.
Sacudió su oscura y larga cabellera para ahuyentar tales pensamientos y apresuró el paso.
De pronto sintió una voz varonil que le decía:
"¿Dónde estás?"
Sobresaltada giró y no había nadie en varios metros a la redonda, un par de niños jugaban y reían allá lejos.
Llegó a su casa y tenía fijos en su memoria los ojos claros, eran tan conocidos a pesar de ser desconocidos! Que locura se dijo a sí misma. Fue a saludar a la familia y se alistó para sentarse a la mesa y cenar.
Durmió profundamente y se habría olvidado de todo si no fuese que la despertó esa voz vibrante masculina "¿Dónde estás?"
Se sentó de un golpe en la cama y bebió un vaso de agua, eso la volvió a la realidad y arrebujándose en la ropa trató de dormir, le costó un poco pero al fin lo logró.
La semana pasó rápido, se cruzó dos veces más con ese chico de ojos claros, él era obrero de la construcción que se levantaba insolente entre las casas de ese barrio tranquilo, muy elevada y una mole de cemento y seguro vidrios. Ella no podía entender porque la inquietaba tanto el muchacho, era imposible que se conociesen alguna vez siendo de mundos tan diferentes.
Escuchó casi todas las noches esa voz que le preguntaba "¿Dónde estás?"
Luego transcurrió el tiempo y no vio más esos ojos que la hacían sentir cosas extrañas, un día viendo en la televisión las noticias puso atención a una en especial, un despacho desde un hospital, una familia que exigía justicia por un accidente laboral, luego de estar casi dos semanas en coma había muerto un albañil que trabajaba en la construcción por la que ella cruzaba, mostraron la fotografía y su piel se erizó, era el joven de claros ojos. Había caído desde un 14avo piso por una falla del arnés que lo tenía suspendido para hacer su trabajo.
Esa noche soñó algo muy raro, en un parque se veía ella pequeña y, limpia pero pobremente vestida, jugando con un niño muy elegantemente vestido a la usanza del sXIX, de ojos claros, reían disfrutando de su mutua compañía. Cómo en una presentación de diapositivas se vio en otra etapa, jóvenes ambos se despedían llorando, él se iba a Europa a estudiar y sus padres le habían dicho que no podía seguir la amistad con esa chica hija de los sirvientes o ellos despedirían al personal. Él le juró que la buscaría y cuando se encontrasen serían felices, preguntaré en todas partes "¿Dónde estás?" y te encontraré, le dijo muy serio.
Ella sonrió y se prometió desaparecer para que él fuese feliz. Quiso el destino que un día de tormenta pasando por un puente la crecida del río la arrastró y se fue al otro lado del velo. Cuando el joven ya con cinco años más volvió se comentaba que no dejó ningún día de su vida de ir al puente y gritar: "¿Dónde estás?", no fue feliz nunca y se aisló del mundo hasta que le tocó partir.
La última imagen que tuvo en el sueño fue de él, en el tiempo presente, que le tendía las manos y le sonreía para luego con esa voz tantas veces oídas decirle: "Te busqué, te encontré y me tocó partir. Esperemos que en otra vida nos reunamos para ser felices mi amor".

Despertó sin lágrimas, tenía la sensación de que en alguna parte estaban esos ojos claros mirándola, son los ojos el espejo del alma lo que se repite en las diferentes vidas, eso lo había leído en alguna parte, y se prometió encontrarlo también en otra vida.

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