domingo, 23 de agosto de 2015

Cielo tormentoso

Los cielos tronaron, la noche se vistió de luto
Luces encendían las oscuras nubes, rasgando su paz.
Y sin embargo al alzar la vista, ¡nada en lo absoluto!
Las estrellas parecen reír de mis ansias de más y más.

Los relámpagos anidan en mi cuerpo, me estremezco.
Me devuelves la vida, me das el néctar de los dioses
A pesar de mi ser mustio, yerto, bajo tu toque, ¡florezco!
Tu boca ardiente, mis manos hambrientas de goces.

En cada éxtasis toco el cielo, se esfuman los luceros
Para ti soy fiera, soy complaciente, soy amante
No quiero más que desearte con profundo desespero
Por ti respiro, por tu deseo de tus mieles soy afluente


Ah! Cómo te deseo, cómo me entrego, pasional tormenta disfrazada de ti!

Huracán y choza

Hay una choza derrumbada por las inclemencias del desengaño!
Por los tornados de tus silencios que sacan de cuajo sus bases.
Esa choza que alberga mi paz, mis sueños, de sol tomaba baños.
Huracán desatado de pasiones, no pudo evitar que la abatieses.

Que hago dime tú, para levantar sus débiles murallas otra vez.
Han quedado dispersas por inimaginables lugares mis emociones
Cómo pueden ser tan, a merced de tu irrupción, tan frágiles?
Buscare una caverna, reuniré los pedazos, no habrá rendiciones

Tu regreso encontrará solo retazos, no habrá más que despojos
Y volverás, eso es seguro, eres de esos vientos recurrentes
Pero ya no estará la choza allí, ni el amor puesto de hinojos

Y rugirá tu sexo, tu libido, por lo que quizás no es más tu alatés