Estaba escondida, pero igual la vi,
"buenos días amiga mía, compañera"
le dije en un tono somnoliento aún,
me hizo un mohín y se metió en mi piel.
Ya le conozco su frío y su aroma,
ya estoy acostumbrada a su recorrido
por mis venas, mis tendones, cada
espacio de mi ser lo inunda caudal
sin límites, aspero y suave, dulce
y amargo, pero tan mío, tan a tono
con mi vida desde el aciago día aquel.
Acaricio con mi mente su esencia y
repito majadera "buenos días amiga"
buenos días mi melancolía y tristeza!
jueves, 7 de octubre de 2010
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