jueves, 10 de junio de 2010

Los duendes, Nut y yo

Ayer en la noche estaba muy triste...bueno la verdad es que mi estado normal es la tristeza desde que no estás...de noche o mejor dicho de madrugada tipo 02 am salí al jardín...Nut fría con su solo manto de brillantes estrellas, sin Selene, me acogió silenciosa, el pasto largo en espacios y mullido en otras me decía "ven si quieres recostarte aquí"...caminé un poco hacia donde están los laureles cuando de pronto salieron dos de nuestros pequeños amigos duendes corriendo y riendo...al verme llorar se detuvieron y Pilu se trepó por mi pantalón para acercarse a mi cara y con un soplido cálido secarla...Pili nos miraba desde el suelo sin saber que hacer.
De pronto me di cuenta que estaba cerca del rosal, ese maravilloso de rosas rojinegras, el hogar de la familia de duendes que siempre están con nosotros...me apoyé en la baranda de la terraza y abrí mi mente para escuchar que me iban a decir y así comenzaron a contar casi atropelladamente...¡como son ellos!

No llores por favor(Pilu )
Déjala que llore! (Pili)
Bueno que llore
Las féminas somos así
Pero tiene que oir
Si sabe, nos va a escuchar
Vimos a Iván
Sí, sí lo vimos
Estuvo aquí
Sí estuvo
y nos hizo callar

Ambos al unísono dijeron: "estaba allí" y sus pequeñas manitos señalaban la ventana

Sí y dijo
dijo...dijo
déjame a mi...
que entraba en tus sueños
sí, sí para conversar
eso, eso...como antes

Miré ansiosa hacia la ventana, y oh maravilla de la psiquis allí estabas, con tu cálida y amplia sonrisa que devino en risa de esa contagiosa al ver que casi peleaban por hablar.

Maravillosa y loca mente la mía que me permite cruzar el velo, que me permite escapar a la realidad cruel.
Quiero estar por siempre en estado de locura para poder vivir esta dura realidad.

Cuando busqué a nuestros amiguitos ya habían desaparecido, quizás los padres les invitaron a entrar a casa...la única señal que algo especial había ocurrido era la curiosidad silenciosa de Greta que olfateaba curiosa el rosal

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