lunes, 14 de junio de 2010

Visitando la Nave.... cuento 2


Había en el cielo una hermosa luna creciente, se podían contar las estrellas pues el día anterior había llovido y eso limpió la atmósfera de la ciudad. Los hermanos se habían ido, sin chistar, a la cama cuando se les indicó. Los padres fueron, como todas las noches, a ver a cada uno para arroparlo y darle el beso de las buenas noches y los encontraron profundamente dormidos, ¡al menos eso supusieron los padres!. ¿Cómo podían imaginar que estaban lejos de casa?.
Sí, en ese momento Olgui, Juanjo y Flo habían ido a la nave de Ab El Rham nuevamente. Era la segunda vez para los hermanos mayores e iban más expectantes que la primera, la hermana menor no había querido contarles nada y sonreía misteriosa cuando hablaban de la nave.
Llegaron a la misma parte que la vez anterior y ahora todos les saludaban con afecto, era agradable encontrar tanto rostro afable y tranquilo, Juanjo pensó que así podían ser los profesores de su colegio, algunos eran muy severos y malhumorados. Ab El Rham le dijo que era porque no tenían la capacidad de recordar como eran a la edad de sus alumnos, el niño volvió a sorprenderse cuando su amigo le respondió a su pensamiento.
Olgui miraba a las mujeres de la nave con curiosidad, todas vestían algo parecido a una falda corta pegada a un pantalón tipo gimnasia, en la parte superior solo las distinguían unos símbolos que indicaban cual era su función, según explicó Ab El Rham cuando vio la mente de Olgui. Estos ropajes no eran de malla metálica, más se parecían a los buzos del colegio.
Flo interrumpió las observaciones de sus hermanos al preguntar:
“¿Iremos donde los Sabios y los Mayores hoy?”
Era uno de los sectores de la nave que más atraía a la pequeña, especialmente algunos de los Mayores con quienes se sentía muy contenta.
“Sí – dijo el joven comandante – además les mostraré a los jóvenes orienses que están preparándose para ciertas misiones importantes en Gaia y en un planeta, gemelo de Gaia, en Alfa Centauro”
“¿Qué es Alfa Centauro?” – preguntaron al unísono los tres niños.
Ab El Rham les explicó que era una galaxia vecina a la Vía Láctea donde estaba el sistema solar y el planeta Tierra o Gaia.
Juanjo recordó algo que había visto en el cable asociado a un libro que había leído y con cierto aire de sabelotodo dijo:
“Ganímedes es una cosa que se parece a la Luna y que está en Saturno y allí vive gente como nosotros”
Ab El Rham sonriendo le corrigió:
“Ganímedes es uno de los satélites de Saturno y se usa como base de operaciones, o sea las condiciones de la superficie allí nos permiten vivir como en nuestro planeta y con una atmósfera similar”
“¡Ooohh!” – exclamaron los tres hermanos – o sea ¿Ami es uno de los niños de tu raza?”
Por vez primera el joven espacial se vio sorprendido y preguntó:
“¿Ami?… ¿quién es Ami?” –
“El niño de las estrellas” – dijo Olgui adelantándose a su hermano. En su interior contenta por saber algo que Ab El Rham ignoraba.
Sonó una carcajada fuerte y dulce a la vez en la sala donde se encontraban, era Ab El Rham que por primera vez reía a carcajadas como no la había hecho nunca antes.
“Ah…ya sé de qué me hablan, es sobre el libro aquél que tienes en tu dormitorio Juanjo” – carraspeo y continuo así
“Bueno les diré, algunos de la avanzada nuestra que viven como todo ser humano, a veces tienen recuerdos de su otra dimensión. Bien, entonces escriben o componen música, con o sin palabras, acerca del tema. Ese es el caso de la obra que Uds. han leído”
Mientras hablaba se dirigía hacia uno de los pasillos laterales de la sala central de la nave y los niños casi sin notarlo le seguían.
Se acercaron a otro medio de desplazamiento de la nave, era como un funicular pero, que subía dando vueltas en espiral muy rápido y que sin embargo no mareaba. Se detuvo este medio y se abrió una compuerta tipo puente de castillo para dar paso a un lugar lleno de luz agradable.
“Este es el lugar de los Sabios – acotó Ab El Rham – aquí solo se puede interrumpir cuando ellos te lo indican”
Era como una especie de biblioteca – laboratorio cibernético, en todos lados pantallas llenas de elementos desconocidos para los niños, gráficos, números. Los estudiosos eran de los dos sexos y….¡no eran ancianos!…bueno algunos sí pero casi todos se veían como los padres de ellos y otros más jóvenes. Uno de ellos levantó su cabeza de entre unos tremendos libros en los que estaba sumergido y les saludó desde su mente:
“¡Vrack!, esto es… ¡bienvenidos!”.- y una suave sonrisa se dibujo en su rostro.
“¡Hola!”.- dijeron a la vez los tres niños y provocaron un molesto ruido pues habían hablado en voz alta, muchos rostros les miraron y se sintieron reprochados.
Ab El Rham les acaricio las cabecitas y les dijo: “sus disculpas son aceptadas, no se avergüencen es natural que reaccionen en forma que es común para ustedes”
El joven sabio volvió a comunicarse con ellos diciendo:
“ Mi nombre es Jesho Ihn Jaubham, soy lo que ustedes llamarían un estudioso del comportamiento de las diversas civilizaciones que hay en el Cosmos y sus desarrollos en formas de vida y conocimientos, ¿cómo se llaman ustedes?”
Cada niño se presentó y al oir el nombre de Juanjo le miró intensamente, con sorpresa y cierta emoción. Acto seguido llamó a una joven que examinaba un compuesto en una especie de vaso eléctrico y ella se acercó saludando a los visitantes. El joven sabio le señaló al niño y luego a Olgui mencionándole los nombres de cada uno. Ella asintió sin sorpresa y luego dirigiéndose a los hermanos dijo:
“Mi nombre es Olgh Ihn Haan, estudio compuestos de diversos planetas que llegan por las naves exploradoras, es muy agradable encontrarme con ustedes y espero hagan bien su sendero”
Luego sin más se alejó a su tarea abandonada.
Los tres hermanos miraron a Ab El Rham con cara de pregunta y el comandante les indicó la salida del lugar para seguir con la visita, ya tendrían tiempo para aclarar las dudas.
Así lo hicieron pero sus mentes estaban llenas de preguntas, hasta Flo que parecía siempre tener claro todo lo que allí ocurría ahora estaba curiosa. Pero ya sabían que nada lograrían hasta que Ab El Rham lo considerase oportuno.
Salieron y caminaron hasta una suave rampa que tan pronto pisaron todos se empezó a desplazar en forma de circunvalación alrededor de la nave dejando a la vista por unos grandes ventanales lo grandioso del panorama estelar, de pronto el comandante detuvo la rampa y les mostró tres estrellas muy brillantes diciéndo:
“Esas son las que en Gaia llaman las Tres Marías, pertenecen a Orion y son fuentes de energía que se conectan con el gran misterio de las pirámides del lugar que se llama Egipto”
Acto seguido dio movimiento a la rampa y llegaron a un nivel más alto donde estaban los Mayores, era como un hotel grande, pensaron los niños, salas de entretención, salas de lectura, salas de charlas, otras de actividad física con una especie de gimnasia danza, saliendo de ese sitio se encontraron a una mujer muy alta vestida de larga túnica color celeste fuerte, pelo largo y negro que llegaba a sus tobillos, ojos alargados oscuros y profundos. Ella pareció reconocerlos de inmediato y cariñosa les saludó llevando sus manos al centro de su frente y luego poniendo la mano izquierda sobre su pecho a la altura del corazón y la derecha en forma oblicua con su dedo pulgar extendido en la zona del cuello.
“Mi nombre es Nhama Iacner Olf, procedo de un planeta en la constelación Alfa Centauro, soy tía parental del Comandante y en la nave cumplo funciones de tipo ahnnimus, él me ha hablado mucho de sus amigos de Gaia y quiere seguir aunando lazos para que ustedes desarrollen su sendero en Bien, Paz y Armonía Cósmica”
Su voz sonaba como el suave arrullo de las olas del mar. De pronto se inclinó hacia Flo y sus ojos profundos la miraron con una curiosa ternura y dijo:
“Tú sendero es distinto y difícil, pero no dudo que lo harás bien, en las partículas de rhemis está toda la información que necesitas”.
Acto seguido sonrió y para despedirse hizo con las manos los mismos gestos de saludo pero esta vez partiendo desde el cuello. Luego se alejó hacia una sala donde esperaban varios personajes de distintas edades.
Flo intrigada pensó y salieron de su mente un sinfín de preguntas:
“¿Por qué todos parecen tan apurados? ¿Qué es ahn….bueno eso que ella hace? ¿Qué es rhemis? ¿por qué puso las manos así?”
En esta última parte trato de imitar el saludo y posterior despedida de la dulce mujer.
Ab El Rham les invitó a pasar a una sala desde donde podía seguir, a través de una especie de pantalla, todos los movimientos de los diversos niveles de la nave, les hizo sentarse en unas cómodas butacas que se acomodaban a su tamaño respectivo y dijo:
“Vamos por orden, primero ¿qué sensación tuvieron con los Sabios?, por favor piensen de uno en uno para no confundirnos”
Juanjo pensó primero y expresó lo siguiente:
“ Me gustó el joven estudioso, quiero ser como él cuando adulto pues debe saber mucho…..hummm…..es como si lo conociera de siempre, ¡que raro!”
Olgui dijo:
“Yo me impresioné con la que estudia compuestos químicos, ¿eso dijo o no?. Me habría gustado hablar más con ella, pero Flo tiene razón todos están muy apurados y ocupados. Y… sí también siento que la he visto antes”
“Bien, ya les contaré”.- dijo el joven comandante, luego prosiguió:
“Ahora llegó el turno de las inquietudes de la pequeña Flo, ahnnimus es algo similar a la función de las psicólogas y orientadoras del colegio. Rhemis es lo que ustedes llaman memoria. Y efectivamente todos son muy responsables con las tareas que les son asignadas, así como los niños, niñas, hombres y mujeres de su planeta deben serlo con sus funciones, si así lo hicieran no habrían provocado todos los problemas que tienen, pero en fin para eso vienen ustedes las nuevas generaciones que harán una nueva humanidad”
Flo dijo:
“Falta que me expliques lo de las manos, y quiero decirte que ella me gustó mucho y yo sé que le agradé, además que no parece Mayor, no es como la Directora de mi colegio que sí es mayor, mayor.”
“¿Qué haces tú cuando saludas a alguien?, le tiendes una mano o le das un beso, bueno esa es la forma de saludo desde su mente, su corazón y su energía superior de los habitantes de su planeta”
Ab El Rham les miró uno a uno y luego siguió hablando, a los tres en conjunto esta vez:
“Yo tengo la misión de contactarme con varios niños como ustedes, quizás ahora no me entiendan mucho lo que les voy a decir pero creo que con el tiempo estarán más conscientes de su Verdad. Esas personas que hoy se acercaron a saludarles son ustedes mismos en otra dimensión, están cumpliendo un trabajo en Gaia y para ello sus esencias se dividieron y están en dos partes a la vez. ¿Les parece muy difícil?, no puedo explicarles el proceso, pues ese se hace en el Centro y solo lo conocen los Maestros Superiores. Deberán pues confiar en mi palabra”
Los niños quedaron silenciosos y asombrados, sus mentes trataban de asimilar lo oído, y se dieron cuenta que como decía su amigo sería solo con el tiempo que podrían comprenderlo. Una sola pregunta nació de los tres:
“¿Recordaremos esto, te veremos siempre?”
“Sí a ambas inquietudes”,- respondió el joven Comandante,- “por ahora es todo y debemos volver”
Y así lo hicieron, un día más en su hogar y nadie se enteró del secreto de los niños, mejor así los seres humanos queremos respuestas concretas para todo y lo que es incomprensible a la razón es locura, fabulación o simplemente un sueño.

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